sábado, 21 de febrero de 2009

BRUTAL REPRESIÓN POLICIAL CONTRA ANTIFASCISTAS MALAGEÑOS


Desde el pasado miércoles 18 se ha iniciado una brutal represión contra el movimiento antifascista malagueño. Más de una decena de jóvenes han sido detenidos por la Policía Nacional en condiciones totalmente arbitrarias.
No existe ningún delito claro del que se les acusa.
La pregunta es: ¿cuál puede ser el fin de las detenciones? Nosotros, los solidarios con los detenidos, lo tenemos muy claro: el fin de estas detenciones no es otro que amedrentar y reprimir al movimiento antifascista de Málaga.
Por esto, numerosas de estas detenciones se han realizado mediante citas falsas de la Policía Nacional a los imputados que han acabado en detención. Esta actuación de la policía evidencia el carácter antidemocrático del régimen en el que vivimos y nos muestra una cruda realidad: en esta “democracia” ser antifascista es un delito y se paga siendo objeto de la represión del Estado.

Por esto, llamamos a todo el pueblo malagueño a unirse a la concentración que tendrá lugar en la
PLAZA DE LA CONSTITUCION EL DOMINGO 22 DE FEBRERO A LAS 19:00 HORAS con el fin de exigir la inmediata absolucion y puesta en libertad de todos los detenidos
.
MAÑANA DIA 21 DE FEBRERO A LAS 07:00 EN LA PUERTA DE LOS JUZGADOS DE MÁLAGA

CONTRA SU REPRESIÓN SOLIDARIDAD.

COORDINADORA ANTIFASCISTA DE MALAGA

viernes, 20 de febrero de 2009

REBELIÓN ANTIIMPERIALISTA EN GUADALUPE


Guadalupe: 4 semanas de huelga general, 50.000 manifestantes.
Se extiende la huelga a colonias francesas

Huelga general en Guadalupe degenera en disturbios, un muerto por disparosPOINTE A PITRE (AFP) —
Una persona murió el miércoles y varios policías resultaron heridos en la isla caribeña francesa de Guadalupe, donde degeneró en disturbios una huelga general de un mes contra la carestía de la vida que también afecta a Martinica y amenaza a la Guayana Francesa.
La víctima, un sindicalista de unos 50 años que volvía de un piquete de huelga en su vehículo, no fue alcanzado por una bala perdida, como en un primer momento se dijo, afirmó el miércoles el fiscal de Pointe-à-Pitre, Jean-Michel Prêtre
.Este último también excluyó que el sindicalista muriera por disparos de las fuerzas del orden.
Prêtre, sin embargo, no excluyó la hipótesis de que, vista la edad de la víctima, ésta y su pasajero hubieran sido confundidos con policías por las bandas de jóvenes que controlaban las barricadas levantadas en la capital de Guadalupe.
El sindicalista es la primera víctima mortal del conflicto social que paraliza desde el 20 de enero la isla antillana, donde empeora día a día, pese a los llamamientos a la calma del gobierno y de los sindicatos.En este sentido, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que no se ha pronunciado hasta ahora sobre la situación en las Antillas, confirmó el miércoles en una intervención televisiva que el jueves recibirá a los diputados antillanos "para responder a la angustia, la inquietud y una cierta forma de desesperanza de nuestros compatriotas" de esos territorios.
Horas antes, el primer ministro francés, François Fillon, había condenado "firmemente" los "actos de violencia extremadamente graves" en Guadalupe.Por su parte, la ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie, anunció el miércoles por la tarde -tras una reunión con los responsables de las fuerzas de seguridad, en París- el envío de unos 300 gendarmes de refuerzo a la isla, donde llegarán en las próximas horas.En un rápido deterioro de la situación, Guadalupe vivió el martes la segunda noche consecutiva de saqueos, incendios y enfrentamientos entre jóvenes y policías en los que seis agentes resultaron heridos por disparos de armas de fuego.
Varios comercios fueron saqueados y los agitadores levantaron barricadas, algunas de ellas incendiadas con neumáticos y gasolina, en las calles de Pointe a Pitre y en las carreteras que rodean la capital.
Según la célula de crisis policial, el balance de la noche de enfrentamientos fue de: 15 comercios saqueados, siete incendiados, 21 vehículos quemados y 14 detenidos, tres de ellos menores.La noche del lunes ya se habían registrado incidentes violentos en la capital de Guadalupe, donde la policía detuvo a 23 personas.La huelga se extendió desde el 5 de febrero también a la vecina Martinica. Y asimismo, en Cayena, en la Guayana Francesa, menos de 500 personas participaron el miércoles por la tarde en una marcha de protesta contra la "carestía y por una reducción del precio del combustible en las Antillas".Ante la ola de violencia en Guadalupe, el "colectivo contra la explotación" (LKP), movimiento que lidera la huelga, lanzó por radio "un llamamiento a la calma"."No pongan en peligro sus propias vidas ni las de otros", pidió el líder del LKP, Elie Domota, hablando en criollo.
El LKP reclama un aumento de 200 euros en los salarios más bajos y un recorte de los precios de los productos básicos.
Pero la huelga es también expresión de un profundo malestar económico y social, así como de tensiones entre la minoría blanca y la población negra.Así, varios comercios y empresas propiedad de familias blancas, los "békés" (descendientes de los colonos), fueron saqueados.
El secretario de Estado para Ultramar, Yves Jégo, contempló el miércoles un acuerdo salarial "para finales de semana", asegurando que "los mediadores trabajan entre bastidores".

La tensión se incrementa en Guadalupe tras cuatro semanas de huelga general
Gara
Tras cuatro semanas en huelga, la tensión aumenta en la colonia francesa de Guadalupe, en las Antillas. La movilización denuncia la carestía de la vida y el control de la economía de la isla por parte de la minoría blanca francesa. París no quiere entrar al fondo de la cuestión.La tensión se incrementa en Guadalupe tras cuatro semanas de huelga general contra la carestía de la vida, mientras que las negociaciones se encuentran paralizadas y el Gobierno francés ha prometido que hará «respetar el Estado de Derecho».
La secretaria de Estado francesa para los Derechos Humanos, Rama Yade, admitió el domingo en París que existe «un profundo malestar debido a un problema de reparto de la riqueza que exacerba las tensiones» hacia la minoría blanca.
Yade aseguró que el Gobierno francés «se ocupará de todos los problemas de Ultramar».En Guadalupe, donde están a punto de cumplir un mes de huelga general, se manifestaron el sábado 50.000 personas para denunciar la represión y el control de la economía por parte de la minoría blanca.«Guadalupe es nuestra, no de ellos», corearon dirigiéndose a los bekés, los descendientes de los colonos esclavistas que, como en Martinica, la otra colonia francesa en las Antillas, controlan la economía local.«Visto el número de gendarmes que han llegado a Guadalupe armados hasta los dientes, el Estado francés ha optado por su vía natural: la de matar a los guadalupeños», denunció Elie Domota, portavoz del Colectivo Contra la Explotación (LKP), que ha impulsado las movilizaciones.
La manifestación del sábado se produje en Le Moule, una pequeña localidad costera que fue el escenario de la represión sangrienta que padecieron los trabajadores de la caña guadalupeños en 1952.
La diputada de Guayana Christiane Taubira (PRG, centroizquierda) tomó parte en la manifestación para «denunciar un sistema que impulsa el apartheid social, en el que una casta mantiene el poder económico y abusa de él», declaró al diario «Journal du Dimanche».Guadalupe está paralizada desde el 20 de enero. El movimiento de protesta se ha extendido a Martinica y ha comenzado a tomar cuerpo en Reunión (colonia francesa en el Índico), donde una delegación del PS calificó ayer la situación de «muy crítica».
El pulso se endurece, a pesar del llamamiento de electos locales del PS a la calma.Las negociaciones que el secretario de Estado de Ultramar, Yves Jégo, está llevando a cabo en Guadalupe fracasaron debido al rechazo de París a asegurar un incremento de 200 euros a los salarios más bajos y una reducción de los precios de los productos de primera necesidad.
El Gobierno respondió que esta cuestión debe ser tratada por los agentes sociales.

Disturbios complican huelga en islas francesas del CaribeFORT-DE-FRANCE, Martinica (AP) - La huelga, que ha trastornado la vida cotidiana en las islas de Francia en el Caribe, estalló en enfrentamientos el lunes, cuando la policía se enfrentó a manifestantes indignados por la carestía y molestos porque una minoría blanca posee playas privilegiadas
.La policía detuvo a unas 50 personas que le lanzaron piedras mientras trataba de retirar una barricada en una calle de la isla Guadalupe, informó Nicolas Desforges, un alto funcionario del gobierno de la isla.Los huelguistas fueron repelidos con gas lacrimógeno y varios dirigentes, entre ellos el líder Alex Lollia, resultaron lesionados en la gresca, informó el partido izquierdista NPA de Francia en una declaración.
El líder del grupo LKP Collective que organizó la huelga de Guadalupe advirtió que era posible una agravamiento de la situación."Si alguien hiere a un miembro del LKP o a un huelguista en Guadalupe, habrá muertes", afirmó Elie Domota el sábado en una entrevista por televisión.En la isla contigua de Martinica, 160 kilómetros, al sur de Guadalupe, la policía dijo que unos 10.000 manifestantes participaron en marchas por las estrechas calles de la capital en protesta por los precios de los alimentos y para denunciar a la elite empresarial.
Las oficinas del gobierno, escuelas, bancos y establecimientos comerciales han estado cerradas en la mayor parte de los últimos 12 días en que los isleños han exigido una reducción de los precios y un alza de salarios. La paralización de la actividad en Guadalupe comenzó a finales de enero.
El ministro del departamento de ultramar de Francia, Yves Jego, advirtió que la huelga llevará a despidos, y el primer ministro Francois Fillon dijo a los periodistas que las barricadas "no formaban parte del legal medio de expresión".El aeropuerto de Point-a-Pitre, Guadalupe, fue cerrado, informó American Airlines, que canceló sus vuelos a la isla, dejando estancadas a una 15 personas en San Juan, Puerto Rico.Hileras de automóviles esperaban en las estaciones de venta de gasolina en Martinica.Los periodistas de Associated Press Jenny Barchfield en París y Andrew Selsky y David McFadden en San Juan, Puerto Rico, contribuyeron en la información.

Francia: crisis antillana podría prender en la Reunión y alcanzar metrópoli
Francia, 13 Feb 2009 (AFP) -La crisis social en las islas francesas antillanas de Martinica y Guadalupe, donde las negociaciones están paralizadas, podría prender en la isla de la Reunión (Océano Indico), mientras en París surgían temores de que el movimiento se extienda a la metrópoli.Un colectivo de organizaciones sindicales, políticas y asociativas llamó el jueves en la noche en la Reunión a una jornada de huelga general y de manifestacions para el 5 de marzo, con reivindicaciones contra la "carestía" de vida muy semejantes a las de Guadalupe y Martinica.
Las reivindicaciones en esta isla de 750.000 habitantes son también una baja de un 20% de los precios de los productos de primera necesidad y una reducción de 5 euros en el precio de la bombona de gas.
El llamado formulado en La Reunión acentuó los temores del gobierno francés de que la huelga general se extienda, cuando ésta cumple tres semanas en Guadalupe y entra en su segunda semana en la otra isla antillana francesa de Martinica.
Las principales reivindicaciones comunes se refieren a aumentos de salarios y a una concesión del gobierno en este sentido, lo que podría dar argumentos a los sindicatos de la metrópoli que se reúnen el 18 de febrero con el presidente Nicolas Sarkozy.
El mandatario francés anunció este viernes ante el consejo de ministros la organización "sin tardar" de un Consejo interministerial de Ultramar. "Esta crisis social en las Antillas debe llamar colectivamente nuestra atención (...) estimó el mandatario.Esta velada inquietud del gobierno fue explicitada en París por la líder del Partido Socialista, Martine Aubry y por Fuerza Obrera (FO), una de las tres mayores federaciones sindicales."Temo efectivamente que el sentimiento de fastidio de los guadalupeanos y martiniqueses de extienda aquí", estimó Martine Aubry en declaraciones al cotidiano francés Le Parisien.
De su lado, en un comunicado, la federación Fuerza Obrera se declaró "cada vez más inquieta" por la situación en los departamentos de ultramar, "en particular en Guadalupe y Martinica", instando al gobierno a dar soluciones "antes de que se extienda a la totalidad de Ultramar".
"Los anuncios hechos en la Reunión y lo que podría ocurrir en Guyana no pueden dejar indiferente al gobierno", insistió FO.El jueves en la noche, en Guadalupe, donde comenzó el movimiento el 20 de enero, los líderes del Colectivo LKP suspendieron las negociaciones ante la negativa del gobierno de financiar un aumento de 200 euros para los bajos salarios.
En Martinica, las negociaciones debían reanudarse este viernes, principalmente sobre 39 proposiciones hechas por el secretario de Estado para Ultramar, Yves Jégo, que este mismo día viajó de vuelta a París.
De todas maneras, en las dos islas antillanas, la casi totalidad de los servicios públicos estaban paralizados y en Guadalupe, el movimiento se agudizó con la incorporación a la huelga del personal encargado del abastecimiento de combustible en el aeropuerto internacional de Pointe à Pitre.En Martinica, al conflicto por las cuestiones sociales y económicas se agregó una polémica provocada por declaraciones de un empresario "beké" (blanco descendiente de colonos y esclavistas) que afirmó ante una cadena de televisión "querer preservar su raza".
Los "bekés", que dirigen las grandes cadenas de distribución, aparecen para muchos como los responsables directos de la carestía. Los más virulentos los acusan incluso de "genocidio por sustitución" por hacer venir a los ejecutivos de la metrópoli, en un momento en que el desempleo alcanza en la isla un 22%.

miércoles, 11 de febrero de 2009

JORNADAS CONTRA LA TORTURA


Un año mas, el movimiento pro-amistia ha convocado a la ciudadania a salir a la calle, en demanda del fin de la tortura y en recuerdo de Joseba Arregi que falleciese en comisaria con evidencias de haber sido torturado.


Por ello han convocado un buen numero de movilizaciones a lo largo y ancho de Euskal Herria, para denunciar esta lacra y pedir que se termine

COMUNICADO DE BRIGA ANTE LA DETENCION DE REVOLUCIONARIOS GALEGOS


Al largo del día, los detid@s iban siendo puestos la disposiçom judicial y de seguido salgan en libertad acusados de diversos cargos. @s tres primeros forom puestos en libertad al mediodía acusad@s de desordenes y atentado a la autoridad.


Los tres siguientes, detenidos por participar en la respuesta “ridiculista” a los españolistas, salieron de los juzgados de Compostela la primera hora de la tarde acusados de impedir el derecho a la manifestación.


El último grupo, compuesto polos militantes de NÓS-UP y BRIGA, fue puesto en libertad hace unos minutos y además de la acusación de desórdenes públicos contra Xane y Abrám, Carlos y Santi son acusados de atentado y agressom contra los policías españoles y la manifestación fascista. Una concentración solidária a la puertas del juzgado compostelano fue recibiendo a y a los compañer@s cuando salían de declarar y, además, fueron convocadas mobilizaciones en Compostela, Vigo y A Corunha.


Frente a la deserción de una parte del movimiento normalizador, prendido de obediencia y cálculos electorales, fuimos l@s que apostamos por mantener el conflicto lingüístico en la calle, @s únic@s que dimos la cara para hacer frente al españolismo.


El acontecido onte en Compostela muestra claramente el grado de degradación de la democracia española.


La renovada extrema-derecha española de la mano del Partido Popular y de los viejos reductos del fascismo, marcharom polas calles de Compostela gracias al despliegue policial y un no decretado pero ejercido estado de excepción que convirtió cualquier monstra de galeguidad en blanco de la violencia española. La rabia e indignación que como galeg@s sentimos onte en Compostela, debe convertirse en energía militante y canalizar-si para extender e intensificar el combate contra la assimiliación y la desaparición como pueblo. Ni los fascistas de ayer y hoy, ni la violencia policial, ni los juicios farsa que de seguro tendremos que sufrir van a conseguir amedrentarnos.


La lucha es el único camino!


En Galiza en galego!

ARTÍCULO DEL DIRIGENTE DE NOS-UP DETENIDO POR COMBATIR EL FASCISMO


Contrariamente ao posicionamento oficial do neo-regionalismo e das entidades afins, no passado domingo era necessário fazer frente à talvez maior provocaçom lançada contra a Galiza polo espanholismo nas últimas três décadas.O coraçom da capital da Galiza converteu-se, ao longo do domingo 8 de Fevereiro num campo de batalha ideológico entre duas concepçons antagónicas sobre o futuro do nosso país. Por um lado, a extrema-direita, disfarçada hipocritamente de defensora do bilingüismo, aprofundou a sua campanha de pressom social e intimidaçom mediática sobre parte dos sectores mais colonizados. Por outra, activistas dos movimentos sociais, do associacionismo reintegracionista de base, militáncia da esquerda independentista e simples patriotas alarmados e conscientes do que se jogava Galiza neste dia.

Destacadas eram as ausências, na sua imensa maioria previstas. Agora é tarde para se laiar, embora nunca seja tarde para emendar.“Galicia Bilingüe” existe porque é um instrumento útil e necessário do espanholismo para forçar ainda mais retrocessos na virtual política de normalizaçom lingüística dos diversos governos autonómicos.

É um engendro promovido pola COPE e “El Mundo”, financiada polas forças políticas que secundárom a manifestaçom, alicerçada numha falácia tam descarada e clara como que o espanhol está em perigo no nosso país.

Todas as entidades nacionais e internacionas coincidem no crítico diagnóstico sobre o futuro do idioma galego se nom forem radicalmente alteradas no curto prazo as actuais políticas educativas e lingüisticas, desmentindo o discurso dos bilingüistas

.Os quatro anos de governo bipartido PSOE-BNG nom evitárom o lento esmorecer da nossa língua nacional, consolidando o processo de espanholizaçom em curso. Som precisamente as complexadas posiçons do outrora nacionalismo de esquerda, capitulando e arriando a bandeira do monolingüismo polo “direito a viver em galego” e em prol da “convivência lingüística”, co-responsáveis polo desafio do fascismo espanhol, que quer passar à ofensiva e ocupar as ruas para acelerar a espanholizaçom e o extermínio do nosso idioma.

O que aconteceu neste domingo em Compostela tem um paralelismo na nossa história contemporánea mais imediata. A 28 de Junho de 1984, as forças espanholistas culminárom a transferência dos restos de Castelao desde a Argentina ao mausoleu de Sam Domingos de Bonaval violentando o desejo do grande patriota de só voltar quando a Galiza fosse livre.Centenas de militantes e simpatizantes da esquerda nacionalista tentárom impossibilitar o agravo. As imagens em directo da televisom mostrando a brutalidade da repressom policial e a emocionada voz de Tareixa Navaza dando leitura a fragmentos da obra do rianjeiro fam parte do imaginário colectivo da nossa luita por umha Galiza soberana e socialista. Naquele momento, o galeguismo e as forças mais reformistas da esquerda nacionalista condenárom os protestos, empregando semelhantes acusaçons às que agora utiliza Quintana e os seus corifeus contra a contramanifestaçom do domingo. Se em 1984 fôrom a UPG e o BNG que sem complexos apelárom à sua militáncia e à base social para se manifestar em Compostela, nesta ocasiom NÓS-UP foi, no ámbito político, a única força que convocou a sua militáncia e simpatizantes para fazer frente à extrema-direita na Alameda da nossa capital.Várias centenas de galegas e galegos convocadas por dúzias de entidades de base, empregando diversas e complementares formas de expressom, defendemos com firmeza o nosso idioma frente à violência fascista. Novamente, a brutal maquinaria repressiva espanhola sob ordens de Manuel Ameixeiras tentou sem êxito fazer-nos calar. Ainda sendo muito mais sofisticada que em 1984, a Polícia espanhola nom deu evitado que umha parte da Galiza organizada conseguisse fazer fracassar a tomada de Compostela polos inimigos desta pátria e deste povo.

Das 2.500 pessoas que realmente secundárom a cruzada contra o idioma, nom podemos esquecer que quase um terço provinha do exterior. Eram militantes fascistas espanhóis chegados em autocarros de Madrid e doutras localidades. Nom pretendemos maquilhar o fenómeno em curso, pois a maioria dos manifestantes vivem aqui. É certo que nesta ocasiom a marcha sobre Compostela era sobretodo umha mobilizaçom nacional-católica de ampas de colégios privados de elite, inçada de respeitáveis famílias da burguesia urbana, onde eram visíveis destacados representantes do PP e do novo fascismo encabeçado por umha ex-dirigente do PSOE. Porém, devemos aprender das liçons históricas da luita de classes.

O fascismo tem que ser combatido com firmeza e contundência desde o seu início. Refiro-me ao verdadeiro fascismo, o ligado aos poderes económicos, financeiros e políticos, e nom ao de banda desenhada. Ceder, desconsiderá-lo, evitar o confronto para nom “fortalecê-lo” e “fazer-lhe o jogo” é simplesmente suicida, um erro estratégico, tal como nos demonstrou o posicionamento da social-democracia e da esquerda burguesa na década dos anos trinta do século passado. Hoje, na Galiza, um sector destacado da base social do PP, mas também do PSOE e IU, tem umha deriva fascizante em todo o referente à defesa da unidade do Estado espanhol. Trinta anos de propaganda, de pactos e acordos antiterroristas, conseguírom vertebrar um perigoso monstro que antes ou depois será incontrolável.

A conjuntura internacional e nacional modulada pola profunda crise do capitalismo é propícia para que coalhem mensagens deste calibre entre sectores populares. Eis a necessidade de evitar que se desenvolva, mas isto nom se consegue cedendo, procurando falsos consensos, realizando brindes ao sol, adaptando o discurso e a luita ideológica ao imediatismo eleitoral. É simplesmente temerário e inquietante deixar que intimidem com absoluta impunidade este povo, que inoculem as suas mentiras e manipulaçons sobre umha parte dessa imensa maioria social de galegas e galegos que consideram correcto normalizar a língua e a cultura deste país. É necessário, pois, activar as consciências adormecidas da imensa maioria do povo trabalhador –das quais umha parte nom é monolíngüe em galego, mas tampouco contrária a recuperar o perdido– para evitar a destruiçom do principal elemento da nossa identidade nacional. Obviamente, este processo nom só necessita respostas amplas e unitárias: está ligado à construçom nacional, a qual por sua vez só é viável exercendo o direito de autodeterminaçom para nos podermos dotar de um Estado.No imediato, cumpre dar umha resposta maciça nas ruas. É imprescindível apostar numha grande mobilizaçom popular que deixe bem claro que este país nom renega da sua identidade, que a imensa maioria deste povo deseja que o futuro seja em galego. Com clareza e generosidade, sem ambigüidades nem exclusons. Para essa imprescindível luita unitária polo galego, a esquerda independentista estará sempre disposta a dar todo, como demonstrou no passado domingo, até colectivamente estragarmos de vez os planos de morte que Espanha reserva ao nosso idioma.

JORNADAS OKUPACIÓN Y VIVIENDA EN EL E.S.O.A EL DRAGÓN


Viernes 13:

17:30 h. Presentación de las jornadas y de los colectivos implicados.

18:30 h. Motivos para ocupar: recorrido histórico de la okupación y fundamentos de la misma en su orígen y en la actualidad.

19:30 h. Dos experiencias: Un centro social ya desalojado y otro todavía en construcción: Malaya y Dragón.

20 h. Situación actual de la okupación y distintas perspectivas dentro del movimiento.

20:30 h. Mesa redonda sobre objetivos, métodos, modelos y tendencias dentro de la okupación.

22:00 h. Fiesta por la Autogestión. Con Dj´s Varios

Sábado 14:

Todas las actividades del sábado están organizadas por V de Vivienda

17h Proyección de documental“Spanish Dream”

18h Charla de VdeVivienda: La campaña Alquiler Social Universal,Intentar agrupar una contradicción de clase.Por un miembro de la asamblea VdeVivienda.
19:30h Okupación ¿La solución al problemade la vivienda? Por Carlos Vidania.

22h CONCIERTO:

- Bloke negro-
Sakamantekas-
Los Clarens-
Delito y medio-
Kontratiempo

Domingo 15:

12h. Taller de jardinería

14h. Taller de cerrajería

15h Comidita popular

17h. Taller de fontanería.

18h. Cinefórum: documentalessobre la okupación.Guindalera, Minuesa, Euskal-Jai…

¿Dónde?
E.S.O.A. El Dragón.Avda. Daroca, 90.Junto a lapuerta principal de lcementerio de la almudenaMetro La Elipa.Buses 106, N6, N7

SEMANA DE SOLIDARIDAD CON EUSKAL HERRIA


En Derry se aprovechó la commemoración del "bloody sunday" y las y los amigos de Euskal Herria realizaron una charla con la asistencia de 50 personas y una concentración al día siguiente. En Eslovenia el pasado viernes también hubo una charla/concentración, que además supone el primer acto de solidaridad con Euskal Herria en Luviana. ASEH (Asociación de Solidaridad con Euskal Herria de Lisboa) llevó adelante también una concentración y charla a la que asistieron una treintena de personas, que además de dunciar las torturas, las ilegalizaciones o la situación de los presos, realizaron un homenaje a Tito, expreso político vasco fallecido las pasadas navidades y amigo de ASEH.


Mientras en Brescia 70 personas y en Milán 350 dieron comienzo a la gira de Euskal Herriaren Lagunak en Italia, una de las iniciativas más multitudinarios que recorrerá 8 ciudades italianas y acabará con una manifestación nacional en Milán. En esta gira se combiana charlas de diferentes organizaciones vascas (kamaradak, behatokia, ...), proyecciones de vídeo, conciertos de música...

ISLANDIA EN REVOLUCIÓN


Islandia es el primer país que está al borde de la quiebra. Sucedió tan rápido – los bancos enormemente endeudados colapsaron, como lo hizo la moneda del país, en poco más que una sola semana. Sin ser uno de los muchos habitantes de Islandia que de repente se vieron desesperadamente empobrecidos, pareció una perfecta metáfora para el momento distópico planetario y, a medida que sigue la catástrofe económica, está siendo utilizada precisamente de esa manera.


A medida que otros países – Irlanda, Grecia, Italia, Gran Bretaña – comienzan a formar fila para sufrir alguna versión de la suerte de Islandia, esa nación o su capital, Reikiavik, ha llegado a tener algo como estatus de logotipo. Ya es el Xerox o el Swoosh [pipa de Nike] de los desastres modernos, lo que quiere decir que, sin pensarlo dos veces, la revista alemana Der Spiegel pudo titular “Reikiavik en el Támesis” un importante informe sobre posibles bancarrotas europeas, y de modo más sorprendente, el primer ministro británico Gordon Brown, pudo sentirse llamado a desmentir en público que su país sea verdaderamente el país de la analogía de la bancarrota.
Como primera bancarrota nacional del Siglo XXI, Islandia es ahora un laboratorio para futuros eventos en un planeta cada vez más perturbado. Rebecca Solnit, quien viajó el año pasado con lectores de TomDispatch desde Chiapas insurgente a la sangrienta Nueva Orleans, comienza su nuevo año en otra periferia, la isla, rica en peces pero desolada, de Islandia en el distante Atlántico Norte, que se convirtió brevemente en el epicentro del desastre económico mundial. Nos ofrece no sólo horror, sino esperanza – la moneda de la nación como autora de “Hope in the Dark” – para un planeta renovado. Tom


Islandia pierde la camisa y recupera su alma


En diciembre, aparecieron informes de que el Secretario del Tesoro Henry Paulson impulsó su paquete de rescate sugiriendo que, sin él, el desasosiego en la población civil en EE.UU. podría llegar a ser tan peligroso que habría que declarar la ley marcial. Dominique Strauss-Kahn, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtió del mismo riesgo de disturbios, dondequiera estuviera sufriendo la economía global. Sospecho que lo que les preocupaba en realidad no era la posibilidad de que mucha gente llenara las calles con demandas de cambio social y político, sino que algunas de esas demandas pudieran ser realmente satisfechas. Tomemos el ejemplo de Islandia, el primer país – pero seguramente no el último – que va a la bancarrota en el actual crac global.


Mientras EE.UU. estrenaba su primer presidente afro-estadounidense, los islandeses sitiaban su parlamento. El vídeo en Youtube sobre la escena – tamborileros haciendo resonar un ritmo tribal, el destello y el estruendo de bombas lacrimógenas, decenas de policías con cascos y escudos transparentes de plástico, una hoguera frente al edificio de piedra que más parece una casa de campo que la sede de un gobierno – era dramático, particularmente las siluetas ante un resplandor cuya luz titiló sobre los muros grises durante gran parte de la noche invernal de dieciocho horas de duración. La gente golpeaba cacerolas y sartenes en lo que fue apodado la Revolución de las Cacerolas. Cinco días después colapsó el gobierno, dominado por el neoliberal Partido de la Independencia, como lo habían deseado y exigido muchos islandeses desde que la economía se fundió repentinamente en octubre.


El gobierno interino, formado por una coalición del Partido de la Izquierda-Verde y de los Socialdemócratas, es por lo menos tan diferente del antiguo como el de Obama del de Bush. La nueva primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, abrió nuevos horizontes en medio de la crisis: es la primera lesbiana declarada del mundo como jefe de Estado. En el poder sólo hasta las elecciones del 25 de abril, este gobierno temporal emprende la formidable tarea de estabilizar y dirigir un país que tiene el dudoso honor de ser el primero que cae en la actual catástrofe global. La semana pasada, Sigurdardóttir dijo que el nuevo gobierno tratará de cambiar la constitución para “consagrar la propiedad nacional de los recursos naturales del país” y “abrir un nuevo capítulo en la participación pública en la conformación de la estructura del gobierno,” un giro de 180 grados respecto a las políticas neoliberales de los amos caídos de Islandia.


Islandia es ahora un país cuya moneda, la króna, ha colapsado, cuya deuda incurrida por bancos desregulados a mediados de los años noventa es 10 veces mayor que el producto interno bruto del país, y cuya gente ha perdido la mayor parte de sus ahorros y enfrenta deudas e hipotecas que no pueden ser pagadas. Mientras tanto, la inflación y el desempleo aumentan vertiginosamente, y las soluciones potenciales para la crisis sólo plantean nuevos problemas.
El actual gobierno podrá diferenciarse del antiguo, pero no tanto como el pueblo islandés se diferencia de lo que era antes de octubre. Ahora está furioso y comprometido, mientras antes era aquiescente e indiferente.


Antes del crac, Ólafur Ragnar Grímsson, el presidente decorativo de Islandia, gustaba de comparar su pequeña sociedad – la isla nación tiene 320.000 habitantes – con Atenas. Uno de mis amigos islandeses bromea lúgubremente que, sí, es Atenas, pero no en la era de Sócrates y Sófocles, es la Atenas de ahora en la era de la insurrección anti-gubernamental. La Islandia del verano pasado – estuve allí casi tres meses – parecía socialmente pobre pero materialmente rica; la Islandia sobre la que leí y oí hablar ahora parece ser por lo menos socialmente rica, pero pobre de un modo aterrador desde el punto de vista material.


Islandia, es una escabrosa, hermosa, roca que cuelga como una joya de un pendiente del Círculo Ártico. Carente de recursos minerales, demasiado al norte para tener muchas posibilidades agrícolas, tiene peces, ovejas, y últimamente alguna energía geotérmica e hidroeléctrica, y unas pocas pequeñas industrias, junto con una población humana muy culta cuya fiereza era aparentemente sólo temporal, durmiente bajo la breve era de endeudamiento para consumir. La gente con la que hablé se mostraba triunfante por haber recuperado su país y un poco aterrorizada ante la extrema pobreza que enfrenta.


Después de ir humildemente a pedir fondos de rescate a Washington, al Banco de Inglaterra, y al Banco Central Europeo, Islandia se volvió hacia Rusia y, de malas ganas, al prestamista global de último recurso, el Fondo Monetario Internacional, el templo de la privatización y la globalización. El FMI usualmente impone, junto con el dinero, sus propias nociones de lo que hace funcionar una economía – como lo hizo en Argentina hasta que la economía de ese país colapsó hace ocho años, llevando a un extraordinario renacimiento de la sociedad civil y a agitación social. En Islandia, el proceso fue inverso: primero agitación, después el FMI. Ahora, hay un público insurrecto y una nueva incursión de las fuerzas del neoliberalismo que ayudaron a derribar al país.


Al extenderse los tiempos difíciles, también se ha extendido una ola de protestas e insurgencias en toda Europa – en la que la de Islandia ha sólo sido la más efectiva hasta ahora – sugiriendo que podría aproximarse una era de poder popular en las calles. La agitación en Islandia plantea la pregunta de lo que el colapso del capitalismo nos traerá a los demás. El otoño pasado, los periódicos financieros ya tenían titulares que hablaban del “fin del capitalismo estadounidense como lo conocíamos,” “capitalismo en convulsión,” “colapso de las finanzas” y “capitalismo en aprietos.” La implicación: que había tenido lugar algo tan arrollador como el “colapso del comunismo” 19 años antes.


Desde entonces, los medios y otros parecen haber olvidado que el diagnóstico del cuerpo en cuestión fue de enfermo terminal y en su lugar se concentraron en cómo proveer primeros auxilios muy costosos. Esto evita la cuestión de cuáles podrían ser las alternativas, que esta vez no serán de talla única y doctrinaria como el socialismo de la vieja escuela, sino una serie de modos existentes, localizados, de base, y en su mayor parte de pequeña escala para fabricar bienes, suministrar servicios, servir comunidades – y seguir siendo responsables de rendir cuentas.


Casas de adobe y jets privados y más


Islandia es un país extraño, y me di cuenta de ello. Situado en el borde volcánico y sísmicamente activo entre las placas tectónicas norteamericana y europea, el sitio parece pertenecer a ambos continentes y a ninguno de ellos. Considerada usualmente como parte de Escandinavia, fue controlada por Noruega y luego Dinamarca, desde el colapso de su orgullosamente independiente sistema parlamentario en el Siglo XIII hasta 1944. Ese año, mientras Dinamarca estaba ocupada por los nazis, se convirtió oficialmente en una república independiente.


Pero los militares de EE.UU. habían llegado cuatro años antes y se quedaron otros 62 años, hasta 2006, en su inmensa base aérea en Keflavik. Antes del colapso de otoño pasado, algunas de las mayores protestas en la historia de la república tuvieron que ver con el ejército de ocupación, que emitía sus propios shows televisivos y llevó una multitud de ‘americanizaciones’ y una cierta prosperidad a la isla. Más recientemente, Islandia se convirtió en un centro de desbocadas ambiciones neoliberales con fundamentos de Estado de bienestar escandinavo. La gente común y corriente trabajaba demasiadas horas, como los estadounidenses, y se endeudaba demasiado para comprar grandes coches, nuevos condominios, y casas suburbanas.


La pobreza no estaba muy lejos para casi todo el mundo en Islandia: una persona tras la otra me dijeron que sus abuelos o padres habían vivido en una casa de adobe, construida del material más disponible en un país con pocos árboles pequeños, y que ellas mismas o sus padres habían trabajado en las fábricas de procesamiento de pescado. El artista mejor conocido del país me mostró, con un hábil golpecito de su muñeca cómo su abuela podía filetear ‘así’ un bacalao, y agregó que la mayor parte del pescado de la isla es ahora procesado fuera del país. Hasta hace poco Reikiavik, la capital, era sólo una pequeña ciudad, e Islandia una sociedad rural de granjas costeras y pescadores.


El auge en esta nación, que antes era bastante igualitaria, creó una nueva clase de súper ricos cuyos jets privados aterrizaban en el aeropuerto en el centro de Reikiavik y cuyos yates, mansiones, y otros excesos a veces eran noticia, así como acusaciones de corrupción en los negocios y en el gobierno que aprobaba esos negocios. No fue la corrupción, sin embargo, lo que destruyó la economía islandesa. Fue la ligereza y la desregulación dirigidas por el gobierno. Había esperado descubrir que la democracia funcionaría maravillosamente en un país tan pequeño, que la gente podría hacer que su gobierno rindiera cuentas, y que su funcionamiento sería transparente. Ninguna de cosas eran válidas, como señalé en un apesadumbrado informe anterior al colapso para Harper's Magazine sobre "La distopía cortés de Islandia.”


Bastante gente murmuraba entonces, en aciaga consternación, sobre lo que estaba haciendo el gobierno – sobre todo de la destrucción de la extraordinaria geografía del país a fin de crear energía hidroeléctrica para operar los hornos de fundición de aluminio de energía intensiva de las corporaciones transnacionales. Un pequeño grupo de gente dedicada protestaba, pero sus chispas nunca parecían provocar un fuego público o siquiera ralentizar la destrucción. Los islandeses generalmente parecían tolerar las privatizaciones y las revelaciones de todo desde sus historiales clínicos y sus ADN a su industria pesquera y su naturaleza, y una serie de indignidades subsidiarias que iban con ello.
Tomemos, como ejemplo, el imperio transnacional de comercio minorista del Grupo Baugur (esencialmente en bancarrota desde la semana pasado y endeudado con bancos islandeses en unos dos mil millones de dólares), dirigido por el equipo de padre e hijo Jón Ásgeir Jóhannesson y Jóhannes Jónsson. Con sus negocios Bónus, con un característico logo de una alcancía rosa viva, habían logrado crear un casi monopolio de supermercados en Islandia. Vendían aguacates baratos de Sudáfrica, y mango de Brasil, pero al parecer decidieron que vender pescado fresco no era práctico; de modo que, en la capital pesquera del Atlántico, la mayor parte de la gente fuera del centro de la capital no tenía otra alternativa que comer pescado congelado.
Los islandeses también se tragaban un montón de argumentos al estilo estadounidenses a favor de la desregulación y la privatización, o hacían la vista gorda mientras sus dirigentes se los tragaban. Kolbrún Halldórsdóttir, entonces parlamentaria izquierda-verde de oposición, ahora Ministra del Entorno en el nuevo gobierno, no lo hacía. Me dijo el verano pasado: “A la nación no le preguntaron si la nación quería privatizar los bancos.” No le preguntaron, pero tampoco la nación tampoco preguntó lo suficiente.
La revista Fortune culpó a un hombre, David Oddsson, primer ministro de 1991 a 2004, por gran parte de esa privatización.
“Fue Oddsson quien preparó la mayor gestión de Islandia desde que [se unió] a la OTAN en 1994: su participación en una zona de libre comercio llamada Área Económica Europea. Oddsson entonces instaló un programa exhaustivo de transformación económica que incluyó recortes de impuestos, privatizaciones en gran escala, y un gran salto hacia las finanzas interrnacio0nales. Desreguló el sector bancario dominado por el Estado a mediados de los años noventa, y en 2001 cambió la política monetaria para permitir que la króna flotara libremente en lugar fijarla contra un canasto de monedas incluyendo el dólar. En 2002 privatizó los bancos.”
En 2004, fue reemplazado como primer ministro, pero en 2005 se hizo cargo del Banco Central. A mediados de los años noventa Islandia se había lanzado en camino a convertirse en una de las sociedades más afluentes del mundo, mediante financiamiento inseguro y muchas deudas. Fortune sigue diciendo:
“Pero la principal fuente para el auge de Islandia fueron las finanzas y, sobre todo, el apalancamiento. El país se convirtió en un inmenso hedge fund, y los hogares islandeses que solían ser mesurados acumularon deudas que excedían un 220% del ingreso disponible – casi el doble de la proporción de los consumidores estadounidenses.”
Huevos contra el Banco Central
El primero de los tres principales bancos de la nación-hedge fund, Glitnis, colapsó el 29 de septiembre de 2008. Una semana después el valor de la króna cayó casi un tercio. Landsbanki y Kaupthing, los otros dos gigantes de la banca, se derrumbaron esa misma semana. Gran Bretaña gruñó cuando Landsbanki congeló las masivas cuentas de ahorros por Internet de ciudadanos británicos y recurrió a leyes contra el terrorismo para confiscar activos del banco islandés, reclasificando de paso a la isla como nación terrorista e impulsando su economía hacia una caída más rápida.
No es tan sorprendente que los islandeses hayan comenzado a enojarse – contra Gran Bretaña, pero aún más contra su propio gobierno. El país en caída, sin embargo, desarrolló una industria en crecimiento: la de los guardaespaldas para políticos en un país en el que otrora toda estrella pop y primer ministro habían circulado libremente en público. Un amigo islandés me escribió: “Lanzaron huevos contra el Banco Central. No se habían visto semejantes protestas emotivas desde la primera parte del Siglo XX, aunque entonces la gente era demasiado pobre para lanzar huevos.” Pronto también volaron huevos hacia el primer ministro Geir Haarde, cuyas políticas eran una extensión de las de Oddsson.
Una sociedad civil durmiente estalló en protestas semanales que no se detuvieron incluso al colapsar el gobierno, ya que los islandeses también exigían que suspendieran al consejo de directores del banco central. Uno de los primeros actos de la primera ministra Jóhanna Sigurdardóttir fue pedir sus renuncias. Hasta ahora no han cooperado.
Andri Snaer Magnason, cuya mordaz y divertida crítica de la política y la sociedad de su país: “Dreamland: A Self-Help Guide for a Frightened Nation” [País de los sueños, Guía de autoayuda para una nación atemorizada], fue hace algunos años un inmenso éxito de ventas en ese libresco país, me dijo esta semana:
“En la economía, hablan de la mano invisible que regula el mercado. En Islandia, el mercado libre se desbocó tanto que no era reparado por una mano invisible, sino por una guillotina invisible. Así que, en un fin de semana, toda la clase de nuestros nuevos ricos, amos del universo, perdieron sus cabezas (reputación, poder y dinero), y todo el poder y la deuda de las compañías recién privatizadas volvió a caer en manos de la gente.
“De modo que tenemos un sentimiento muy inseguro sobre el futuro. Al mismo tiempo, hay poder en todo el debate político y mucha energía política y social – aparecen interminables partidos [políticos], grupos en Facebook, células e idealistas, y posiblemente una nueva constitución (no es que hayamos leído la antigua), y la gente se está pronunciando. Por lo tanto, temor económico, valor político, economía tambaleante, y busca de nuevos valores – necesitamos un cambio profundo… Ahora, los hombres de negocios están perdiendo sus puestos de trabajo, se rascan la cabeza y piensan que tal vez la política afecta la vida de uno. Necesitamos menos política profesional y más participación de la gente. Espero que la gente no abandonará ahora sólo porque haya caído un gobierno.”
El destino económico de Islandia es incierto e inquietante. Un amigo en ese país me dice que los bancos que ya están en bancarrota pueden volver a quebrar, porque su deuda es tan colosal. Los miles de millones en nuevos préstamos del extranjero son de una dimensión aterradora para un país con una población que es un milésimo de la nuestra, y la moneda islandesa, la króna, probablemente esté condenada.
La solución obvia es que Islandia se una a la Unión Europea (UE), y las elecciones en abril incluyen un referendo sobre el tema. Al hacerlo, sin embargo, se permitiría que la UE administrara las aguas pesqueras, su tradicional y genuina fuente de riqueza. Eso, por su parte, presumiblemente abriría esas aguas a todos los pescadores europeos y a una burocracia cuyos intereses y capacidad de administrar la industria pesquera islandesa están en duda. Islandia libró la Guerra del Bacalao con Inglaterra en los años setenta para proteger precisamente esas aguas contra la pesca extranjera, e incluso en los años en los que todos parecían concentrados en la tecnología y las finanzas, la pesca todavía representaba aproximadamente un 40% de las exportaciones del país.
Argentina e Islandia
Un titular reciente en el Guardian británico decía: “Gobiernos en toda Europa tiemblan cuando gente enfurecida sale a las calles.” Desde el punto de vista de esos gobiernos, una ciudadanía totalmente comprometida es una perspectiva aterradora. Desde el mío, es el resultado frecuente de los desastres, y es la sociedad civil en su mejor momento. Espero que Islandia vaya por el camino de Argentina.
A mediados de diciembre de 2001, se derrumbó la economía argentina. En su día, Argentina había sido el ejemplo emblemático del neoliberalismo, con su economía privatizada guiada por la política del Fondo Monetario Internacional. Los administradores de la economía, extranjeros y nacionales, estaban orgullosos de lo que habían hecho, hasta que resultó que no funcionaba. Entonces, el gobierno trató de congelar las cuentas bancarias de sus ciudadanos para impedir que convirtieran sus pesos en caída libre en moneda extranjera y que quebraran los bancos.
Los pobres ya estaban comprometidos en la política, y los sindicatos llamaron a una huelga general de un día (tal como los sindicatos franceses sacaron la semana pasada a más de un millón de personas a las calles para protestar contra los despidos en esta crisis económica). Al ser congelados los congelados, los argentinos de clase media despertaron en la ruina – y enfurecidos.
El 19, 20 y 21 de diciembre de 2001, salieron a las calles de Buenos Aires en cantidades récord, golpeando cacerolas y sartenes y gritando “¡que se vayan todos!” En las semanas siguientes, impusieron el colapso de una serie de gobiernos. Para mucha gente, esos días de insurrección no fueron sólo una revuelta contra el desastre que había provocado el capitalismo irrestricto, sino el momento en el que se recuperaron de los años de silencio y repliegue impuestos al país en los años ochenta por una dictadura militar a través del terror y la tortura.


Después del crac de 2001, los argentinos encontraron su voz, se encontraron los unos a los otros, hallaron un nuevo sentido del poder y de lo posible, y comenzaron a emprender experimentos políticos tan nuevos que necesitaron un nuevo vocabulario. Uno de los experimentos más importantes fueron las asambleas de vecindario en todo Buenos Aires, que aseguraron algunas de las necesidades prácticas de una comunidad que carecía de dinero efectivo, y también se convirtieron en animados foros en los que extraños se convirtieron en compañeros.


Semejantes momentos incandescentes en los que la gente encuentra su voz y su poder como parte de la sociedad civil son epifanías, no soluciones, pero Argentina nunca volvió a ser el mismo país, incluso después de la recuperación de su economía. Como gran parte del resto de Latinoamérica en esta década, ha girado a la izquierda en su dirigencia política, pero aún más importante, los argentinos desarrollaron alternativas sociales y encontraron una nueva audacia de la que carecían anteriormente.


Parte de lo que surgió de esa crisis, incluidos los puestos de trabajo tomados por los trabajadores y administrados como colectivos, sigue existiendo.
Argentina tiene muchas tierras, recursos, y una población con una cultura e historia muy diferentes de las de Islandia. Es difícil de prever dónde irá Islandia. Pero como lo expresó el escritor islandés Haukar Már Helgason en la London Review of Books en noviembre pasado:
“Hay un inmenso sentimiento de alivio. Después de una década claustrofóbica, la cólera y el resentimiento vuelven a ser posibles. Es oficial: El capitalismo es monstruoso. Si alguien trata de hablar de los beneficios de los libres mercados, será tratado como si promoviera los beneficios de la violación. El resentimiento honesto abre un espacio para la esperanza de que algún día el lenguaje pueda recuperar parte de su capacidad crítica, que incluso podría volver a describir las realidades sociales.”


La gran pregunta podría ser si el resto de nosotros, en nuestras propias Argentinas e Islandias en potencia, que pagan la cuenta por décadas de imprudencia de los magnates de la industria, seremos suficientemente resentidos y esperanzados para decir que el capitalismo irrestricto ha sido monstruoso, no sólo cuando ha fracasado, sino cuando ha tenido éxito. Esperemos que seamos suficientemente imaginativos para inventar alternativas reales. Islandia no tiene otra alternativa que mostrar el camino.