«El desbloqueo llegará de la activación de las fuerzas que tienen en
cuenta los derechos de este pueblo»
En el comunicado del 30 de enero aparecía la siguiente frase: «Es el
momento de unir las fuerzas a favor de este pueblo, sin excusas,
para que los abertzales entremos en la fase de la independencia».
¿Qué estarían dispuestos a hacer para facilitar que se produjera esa
acumulación de fuerzas? Es decir, ¿cuál sería su aportación para
ayudar a pasar desde la actual situación a otra diferente?
Gaueko: En primer lugar –deje que me explaye un poco en esta
pregunta–, debemos decir que detrás de aquella afirmación hecha en
el comunicado se encuentran la situación estructural y la fotografía
política de Euskal Herria: al analizar la situación de los cimientos del
país, son evidentes las consecuencias de la asimilación política y la
colonización turística que han padecido en el último siglo los
territorios vascos bajo dominio de Francia. Si no se produce un
cambio de fondo, si no se crea una estructura organizativa y de
desarrollo popular, resulta complicado imaginar a Lapurdi, Behe
Nafarroa y Xiberoa en el siglo XXII: no habrá euskara, ni industria, ni
agricultores… Estos territorios sometidos se convertirán en lugares
de ocio para ingleses, parisinos y bordeleses.
Si analizamos la situación de este último siglo en Araba, Bizkaia,
Gipuzkoa y Nafarroa Garaia, hemos conocido 40 años de franquismo
y otros 30 de imposición por la reforma española. Podríamos decir
que la situación del euskara y la persecución a la identidad vasca en
Nafarroa Garaia es la misma que hace 50 años: el proceso de
minorización iniciado por los franquistas en las cunetas tiene
continuación, de la mano de UPN-PP y del PSN, en las leyes que
emanan del Parlamento de Nafarroa Garaia. De la misma manera, la
política llevada a cabo por el PNV en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ha
perseguido afianzar la tendencia autonomizadora del abertzalismo y
la identidad vasca: impartiendo generación tras generación que
Euskadi se compone de tres territorios, condenando a las nuevas
generaciones a un modelo educativo que no euskalduniza, dejando
la ordenación territorial y la clase trabajadora en manos de la
especulación y de los intereses de los empresarios... Si analizamos la
represión y la persecución a los derechos civiles y políticos de la
última década, también podremos observar el agravamiento de la
situación de nuestro pueblo: precisamente, contra aquello que
puede cambiar esa situación estructural.
Argi: Esa cruda fotografía nos lleva, obligatoriamente, a subrayar la
necesidad de entrar en la fase de la independencia. Porque sin Estado
propio, a este país le espera un negro futuro. Incluso muchos de
aquellos que hace 30 años se alinearon con la reforma han visto
dónde nos lleva ese camino, esa Administración: a una muerte lenta
pero segura como pueblo.
Cuando se abre el debate para la descentralización del Estado de
Francia y la reforma para responder a la crisis de organización
territorial del Estado de España, se abre el debate político y, con ello,
también las puertas de las oportunidades y los riesgos para nuestro
pueblo. Lo que está en juego es el marco político. El partido se juega
entre lo que necesita este país y lo que necesitan España y Francia.
Que esas puertas se abran tanto como para que entremos en la fase
de la independencia dependerá de la unión de las fuerzas favorables
a este pueblo y de los pasos que se den en ese camino.
Gaueko: La pregunta es la siguiente: ¿los agentes, ciudadanos y
partidos abertzales estamos de acuerdo en el diagnóstico de la
situación de Euskal Herria? ¿Estamos de acuerdo en que la
imposición y el pactismo practicados hasta ahora llevan a nuestro
pueblo a su fin? ¿Estamos de acuerdo en que, en esta fase histórica,
es tarea de los abertzales llevar a nuestro pueblo a un escenario en el
que pueda decidir su futuro?
¿Pero ustedes a qué estarían dispuestos para facilitarlo?
Argi: ETA y la izquierda abertzale siempre se han mostrado
dispuestos a dar pasos en esa vía. Los independentistas nos hemos
pasado estos últimos 30 años, en los que nos hemos dedicado con
ahínco a la construcción de Euskal Herria, a dar pasos, proponer
iniciativas y hacer aportaciones en ese sentido. Son aquellos que
hace 30 años se alinearon con la reforma del Estado y que hoy citan
la necesidad de crear un Estado Vasco quienes se tienen que poner
en marcha para emprender una estrategia encaminada a esos
objetivos. Se suele decir: Ardi galdua atzeman daiteke, aldi galdua
berriz ez! Los que tienen que facilitar el camino de la
autodeterminación a este pueblo son los mismos que, hasta ahora,
se lo han impedido labrando la vía autonómica.
Está claro lo que el resto les demanda a ustedes, incluso algunos les
tachan de «obstáculo». ¿Qué tienen que decir? ¿Y qué les pedirirían
ustedes?
Gaueko: Hay que tener cara para decir que ETA es el obstáculo para
que Euskal Herria sea soberana. Eso es un insulto, y una excusa para
esconder la trayectoria de cada cual o para no dar pasos que
requieren de determinación política. El único camino estéril es aquel
que no se emprende, el hecho de dar vueltas y vueltas cuando se
llega a la encrucijada... Y en la lucha por Euskal Herria, al menos
Euskadi Ta Askatasuna no tiene ninguna intención de meterse en
caminos perdidos o de pasar el tiempo.
Argi: A los que dicen eso, les proponemos un ejercicio político: que
demuestren, o mejor dicho, que den pasos por su cuenta, algo que
por el momento no han hecho. Que demuestren desde la práctica
política su coraje para la confrontación democrática y entonces
podrá generarse el debate sobre los pasos, los obstáculos y los
métodos.
Los que dicen que somos un obstáculo no suelen toparse con
muchas trabas para unirse con los opresores de nuestro pueblo
cuando se trata de condenar a ETA. ¿Qué han hecho desde el proceso
de 1998 esos que interpelan a la izquierda abertzale? ¿Dónde han
puesto freno a la estrategia de los estados? ¿Cuándo han hecho una
aportación de calado en la construcción de Euskal Herria? Eso es lo
que les pediríamos: que comiencen a exigirse algo a sí mismo antes
de empezar a hacérselo a otros.
Se les ha achacado que no son compatibles el llamamiento a aunar
fuerzas y algunas acciones armadas (el atentado contra EITB, la
muerte de Inazio Uria); es decir, que iban en sentido contrario al
trabajo en común.
Argi: Como hemos dicho con anterioridad, el objetivo del
Movimiento de Liberación Nacional Vasco no es el trabajo en común
por el trabajo en común, para las fotos. Hemos llegado al
agotamiento de los marcos vigentes y al debate de la necesidad de
uno nuevo gracias a la lucha desarrollada por ETA y la izquierda
abertzale en los últimos 30 años. En esas décadas, nuestra
organización se ha caracterizado por poner sobre la mesa propuestas
políticas dirigidas al trabajo en común y a la resolución del conflicto.
Por tanto, siempre hemos encaminado el trabajo en común hacia
unos objetivos. En una estrategia de unidad, esas acciones o algunas
otras pueden generar contradicciones a quien habla mucho pero
hace poco respecto a esa estrategia. Eusko Alkartasuna es el
paradigma de lo que decimos. Estado Vasco arriba, confrontación
democrática abajo..., pero en esa vía no demuestra, ni con la
izquierda abertzale ni a solas, determinación o valentía alguna.
Gaueko: Las acciones que estamos mencionando pueden ser para
algunos una razón para no actuar en común, pero la izquierda
abertzale también podría presentar un arsenal lleno de razones para
no hacerlo con muchas fuerzas de Euskal Herria: la tibieza mostrada
ante el TAV, la tendencia a mirar hacia otro lado frente a las torturas
o la persecución a los presos políticos vascos, la falta de rechazo a los
beneficios de poder que les reporta la ilegalización... Se oyen excusas
y razones por doquier en referencia al trabajo conjunto, mientras
que no se entiende que la primera prioridad es la responsabilidad
para con nuestro pueblo.
¿Qué opinión les merece la reciente huelga general convocada por
el sindicalismo vasco?
Argi: Como ciudadanos vascos y trabajadores, nos unimos a la
huelga. Los sindicatos vascos han mostrado coraje y fuerza con esa
convocatoria, consecuencia del malestar y el cansancio de los
trabajadores. Hay que analizar con detenimiento lo que está
pasando con eso que se ha denominado crisis. Y es que los
mandatarios han puesto a toda máquina todos los mecanismos de
propaganda con el fin de confundir y engañar a la ciudadanía. La
crisis no es económica, sino que se trata de una crisis de la
insaciabilidad del sistema; una crisis que pone de manifiesto la
inviabilidad de este sistema capitalista.
Lamentablemente, por medio de la propaganda y la
desideologización, muchos ciudadanos han interiorizado que la
crisis es general, que no tiene responsables y que debemos sufrirla
en nuestra propia piel. Pero no es así, a pesar de que sus
consecuencias más graves se padecen entre la clase trabajadora y
aquellos sectores económicos más débiles: los inmigrantes, las
mujeres, los jóvenes, los jubilados... Es a ésos, que no tienen ninguna
responsabilidad en la situación, a quienes se les ha hecho pagar la
factura para salvar el sistema.
Ahora, sin vergüenza alguna, las decisiones se adoptan en centros de
poder que nadie ha elegido, como el G8 o el G20. ¿Y qué se decide?
Como bien claro ha dejado Sarkozy, reformar cuanto sea necesario,
para que en el fondo nada cambie, para que el capitalismo no fracase
por completo y vuelva a ser sostenible otra vez: ayudas a las
compañías de seguros, a las entidades bancarias, a los industriales... Y
para los trabajadores: inseguridad, precariedad, desempleo,
sobreexplotación, empobrecimiento...
Euskal Herria también es víctima directa de ese sistema capitalista.
Comparando con la del de España, la situación en el Estado de
Francia no es tan grave, pero la respuesta que se le está dando desde
el movimiento obrero es fuerte. En el Estado de España, en cambio,
CCOO y UGT se han convertido en sindicatos contrarios a la lucha y a
los abertzales y que bailan al son de la melodía que tocan los
mandatarios y el sistema. Al sindicalismo vasco le han dicho que no
hay razones para la huelga porque no quieren morder la mano que
les da de comer.
La gravedad de la situación socieconómica se está convirtiendo en
una razón de peso en pro de la soberanía de nuestro pueblo. Porque
la soberanía puede poner límite a todo eso, y supone una necesidad
perentoria para construir un modelo basado en el reparto de la
riqueza y la justicia social. Podríamos decir que la huelga ha sido un
paso cualitativo en ese camino.
En una rueda de prensa ofrecida en marzo por una amplia
representación de la izquierda abertzale, se destacó la necesidad de
una estrategia eficaz para dar el salto a un marco democrático y
poder responder a las claves del conflicto. En el contexto de ese
objetivo, ¿dónde y cómo se colocan ustedes?
Gaueko: Desde su nacimiento, la preocupación de la izquierda
abertzale ha sido creación de una estrategia efectiva. Teniendo en
cuenta las condiciones existentes en Euskal Herria y pretendiendo
fortalecer la correlación de fuerzas favorables a Euskal Herria. En la
medida en que se van completando las fases, se generan nuevas
situaciones y éstas, obviamente, precisan de nuevas respuestas. Por
otro lado, en la última década el enemigo ha dado nuevos pasos
represivos para neutralizar la estrategia de la izquierda abertzale.
Por lo tanto, no tenemos ninguna duda de que hay cosas que
reflexionar en relación a esas condiciones represivas y las
condiciones políticas existentes en Euskal Herria. ETA ve con buenos
ojos las reflexiones y clarificaciones que pueda hacer la izquierda
abertzale para trasladar tanto su proyecto popular como a Euskal
Herria a un escenario democrático. Porque el hecho de que sea
eficaz, es vital para la estrategia en favor de nuestro pueblo.
¿Dónde y cómo se coloca ETA ante ese objetivo? Al igual que el resto
de organizaciones y organismos, Euskadi Ta Askatasuna lleva a cabo
una reflexión política continua, y al ser una organización armada, el
hecho de ser eficaces y tener una estrategia efectiva se convierte en
eje y preocupación de nuestra reflexión. En ese sentido, antes del
verano acabaremos un proceso reflexivo y asambleario cuya
finalidad consiste en fijar una estrategia político-armada eficaz.
¿Y cuáles han sido los temas a debate en ese proceso?
Gaueko: Ese largo proceso asambleario ha tenido diferentes partes.
Hemos analizado en profundidad la situación estructural de Euskal
Herria, estudiando las fuerzas que actúan en la construcción de
Euskal Herria y la imposición de los estados. También lo hemos
hecho con la situación internacional y la de los estados enemigos. En
una segunda parte, hemos debatido sobre la situación política,
realizando un balance político del último proceso negociador que
pretendía abrir un proceso democrático. En ese análisis general,
hemos tratado la trayectoria del Movimiento de Liberación y la
actividad de nuestra organización en la última década. En un tercer
apartado, hemos debatido sobre la línea armada y la estrategia a
llevar a cabo para que los derechos de Euskal Herria sean
reconocidos. Y por último, hemos hablado sobre la organización
interna y la estructura de la Organización para poder desarrollar
todo eso.
Aparentemente, los estados español y francés se encuentran
cómodos en esta situación, en este ciclo de enfrentamiento armado.
Parece que les interesa la situación de bloqueo. ¿Por dónde vendrá
el desbloqueo?
el desbloqueo?
Argi: Los estados enemigos no están cómodos porque estemos en el
ciclo de enfrentamiento armado, porque, a nuestro modo de ver, no
vivimos en ese ciclo de enfrentamiento armado que usted menciona.
Nuestro pueblo vive en un estado de imposición política y armada y
es eso lo que provoca el conflicto político. La propia existencia de ETA
es consecuencia de ello. Diríamos que el Estado de Francia no está
muy cómodo. Se está extendiendo la postura favorable al
reconocimiento de Euskal Herria. La alternativa política para el
desarrollo de la Euskal Herria al norte del Bidasoa tiene éxito en
amplios sectores de los tres territorios, y el salto represivo que ha
dado en los últimos años el Estado de Francia es una muestra de ese
éxito y de esa incomodidad.
No obstante, desde el proceso de 1998 sí creemos que el Estado de
España puede contar con razones para sentirse más cómodo: el
frente fascista, después de haber conseguido que el PNV vuelva a
plegarse a los intereses de los estados, ha dado un paso para poder
gestionar directamente el centro de poder de Lakua. NaBai tiene
interiorizada esa línea de aceptación del marco y estatus impuesto a
Nafarroa Garaia. Junto a UPN, NaBai ha sido la única fuerza que se ha
mostrado dispuesta a respaldar a Zapatero en el Congreso español.
Desde que en el año 1999 muchas fuerzas soberanistas regresaran a
sus palacios de invierno, la izquierda abertzale se ha quedado sola en
la defensa de los derechos de Euskal Herria. De esa forma, el Estado
ha dirigido todas sus fuerzas contra la izquierda abertzale y contra
ETA, queriendo llevar el conflicto a los vértices Estado-izquierda
abertzale, y ahí, evidentemente, el enemigo se siente más cómodo; y
también porque ETA, en los últimos meses, no ha mostrado una
línea lo suficientemente fuerte como para hacer daño al enemigo.
Gaueko: Las fuerzas soberanistas se muestran dóciles, dispersadas y
sin la suficiente capacidad de influencia. ¿De dónde vendrá el
desbloqueo? Podía haber llegado desde diversas vías. Mucho hemos
esperado por si podía venir desde el cambio de trayectoria del PNV o
desde su división interna. Pero... balizko errotak, irinik ez. Si la
derecha autóctona, al menos, colocara sus intereses económicos en
favor de la soberanía, tal como han hecho en Flandes, Escocia u otros
países, otro gallo nos cantaría en nuestro país.
Por tanto, el desbloqueo para que Euskal Herria pueda salir de esta
situación de crisis vendrá de esa constatación: en primer lugar, de la
interiorización de que estar esperando al PNV resulta baldío y, en
segundo, de poner fin a la dispersión de aquellas fuerzas que tienen
en consideración los derechos de este pueblo y de su activación.
En el comunicado de enero también hicieron alusión a la situación
internacional, y pusieron varios ejemplos, como los de Escocia e
Irlanda. También está el caso de Groenlandia. Aun siendo todos
distintos, es evidente que existen otros modelos, porque en el caso
de Irlanda han entrado en la fase del acuerdo resolutivo (situando
las consecuencias o expresiones del conflicto, inclusive la lucha
armada, en el camino de la solución) y en los otros no ha existido
lucha armada.
¿Los modelos de Escocia o Groenlandia pueden ser
aplicables hoy en Euskal Herria en pos de un marco democrático y
una verdadera transición política?
aplicables hoy en Euskal Herria en pos de un marco democrático y
una verdadera transición política?
Gaueko: Para ETA, todos los procesos de lucha de los pueblos en pos
de su emancipación merecen un análisis, especialmente los que
puedan darse en Europa, pero también los que se desarrollan en
otras partes del mundo. Las diferencias que existen entre los
procesos que viven en Escocia y Groenlandia y el proceso de
liberación de Euskal Herria no residen en que en un lugar haya
lucha armada y en otro no. Diferencias al margen, la principal
variable para que esos procesos tengan un desarrollo es la actitud
abierta que mantienen los gobiernos del Reino Unido y de
Dinamarca. Siendo conscientes de que los procesos de Groenlandia y
Escocia son totalmente diferentes respecto al de Euskal Herria,
nuestra respuesta es que sí. ¡Por supuesto que sí! Los modelos
también son aplicables en nuestro país, ya que se basan en el hecho
de que Dinamarca y el Reino Unido comprenden como principio
político el respeto democrático que deben a la voluntad de
Groenlandia y Escocia, respectivamente. En nuestro caso, lo que
destaca por encima de todo lo demás es el principio de los proyectos
impuestos de Francia y España. Por tanto, si no son aplicables es por
la actitud cerrada de ambos estados, no por otra cosa.
Volviendo sobre Irlanda, ¿cuál es la reflexión que hacen sobre el
desarrollo de aquel proceso?
Gaueko: Antes que nada, nosotros le debemos el mayor respeto al
desarrollo del proceso de lucha que se produzca en cualquier otro
país. Desde una perspectiva revolucionaria, no sería válido que
nosotros dijéramos a nadie qué es lo que debe hacer, o qué no, en su
país. Ese camino emprendido hace una década ha tenido sus
altibajos, pero avanza continuamente dando pasos que le acercan a
sus objetivos.
Alto el fuego en1998: declararon que lo decretaron porque, después
de la firma de Lizarra, existían opciones de avanzar hacia la
soberanía. El de 2006, para posibilitar un proceso democrático, a
raíz de las negociaciones con el Gobierno. ¿Este último camino está
totalmente cerrado?
Argi: Si pregunta si hay algún tipo de contacto o relación con el
Gobierno de España, no, no hay ninguna relación entre ETA y el
Gobierno de España. En cambio, si está preguntando si mantenemos
abierta la posibilidad del diálogo y la negociación, necesariamente la
respuesta ha de ser que sí: porque, antes o después, han de llegar el
diálogo y la negociación.
¿Qué han aprendido de esos procesos, principalmente del último?
¿Han hecho autocrítica? ¿Quedó abierta alguna puerta?
Gaueko: Lamentablemente, todo proceso que se haya roto sin lograr
su objetivo deja su lección. Y decimos lamentablemente porque los
procesos no debieran ser una forma para aprender lecciones, sino
para abrir otro escenario político y democrático. Hemos tratado con
profundidad sobre ello en el proceso asambleario. Hicimos todo
cuanto estaba en nuestra mano para que el proceso democrático
llegara a buen puerto. Lamentablemente, el Gobierno de España no
desarrolló el proceso en las condiciones acordadas ni tuvo voluntad
para llevarlo hasta su último objetivo, y se obcecó en un intento de
desfigurar y deteriorar el proceso.
Argi: ¿Si hemos hecho autocrítica? A la hora de hacer un balance
político en profundidad del proceso han aparecido espacios para la
autocrítica. En cuanto a si quedó abierta alguna opción, ya hemos
respondido en la anterior pregunta. La solución estará ahora
bloqueada, pero en la medida en que es la única salida...
¿Cómo ven al PSOE después de ese último proceso (Loiola, el
último intento...). ¿Y al PNV? ¿Sirve para algo aquello en lo que se
avanzó?
Gaueko: El PSOE está situado en esa tesis política renovada de la
apuesta represiva. Desde los altavoces de La Moncloa se escuchan
serenatas parecidas a las ya escuchadas a Franco, Suárez, González y
Aznar. Pero todos esos se fueron por donde llegaron. Los defensores
más vehementes de esas tesis han quedado “quemados”
continuamente, no hay más que mirar dónde han acabado Mayor
Oreja, Redondo o María San Gil. Esa tesis ha perdido toda credibilidad
en Euskal Herria.
Para justificarse por su actitud en el proceso, el PSOE ha prometido a
los poderes internacionales y del Estado que solucionará
««policialmente este problema». Y está intentado demostrar eso,
vendiendo ya la piel del oso y con alguna borrachera represiva de
por medio a raíz de ciertas detenciones. Pero llegarán las resacas, y
otra vez el problema y su gravedad se situarán en el centro de la
agenda política. Y antes de lo que creemos, les escucharemos hablar
otra vez de diálogo, paz... En cuanto al PNV, hemos denunciado
públicamente y en varias ocasiones la actitud que mantuvo en el
proceso. El PNV se aferró con mayor fuerza si cabe que el PSOE al
blindaje del marco autonómico. En un proceso futuro, vemos al PNV,
una vez más, jugando el mismo papel que ha mantenido en los
diálogos de Argel y Loiola: el del veto y en pro de los intereses de
Madrid.
Gaueko: No albergamos ninguna duda sobre para qué sirve lo
avanzado en el proceso. En términos políticos, hemos llegado al nivel
más elevado alcanzado nunca en un proceso. Ha evidenciado que
este pueblo tiene ganados dos debates: el primero, que la resolución
del conflicto llegará de un proceso de diálogo y negociación; y el
segundo, que los vascos tienen todo el derecho a decidir su futuro y
que hacerlo factible cerrará de una vez por todas la puerta del
conflicto.
¿El comportamiento de los agentes internacionales no da opción a
realizar un nuevo intento?
Gaueko: Sólo la actitud de los agentes internacionales no da pie a ello
porque las posibilidades de abrir un nuevo proceso no están en su
mano, sino en la de los estados que nos oprimen o, en su caso, en la
de nuestro pueblo, en la medida en que sea capaz de dar los pasos
necesarios para acabar con esa opresión. Es decir, la influencia de los
agentes internacionales es muy importante a la hora de abrir,
apoyar, alimentar y desarrollar un proceso, pero, en el fondo, la
premisa fundamental para el desarrollo de un proceso pasa por la
voluntad de las partes implicadas. La voluntad de ETA es la misma
ayer que hoy. Por el contrario, la voluntad de los dirigentes de
España no se vislumbra por ningún lado.
¿l procedimiento de Anoeta sigue estando en vigor?
Gaueko: Sí, sin duda alguna. Sin obviar que, en la medida en que los
procedimientos son procedimiento, pueden mejorarse o renovarse,
la virtud y actualidad de éste consiste en la aceptación que tiene
entre las fuerzas que inciden en el conflicto.
¿Estarían dispuestos a volver a expresar la disponibilidad (para el
desmantelamiento de las estructuras militares de la organización
en caso de garantizar un escenario democrático) que mostraron
hacia el final? ¿En qué condiciones?
Argi: Declarándolo de esa forma, o de cualquier otra, ETA está
dispuesta a poner punto final a la trayectoria de la lucha armada en
el momento en que sean levantados los topes de los estados a la
decisión que tenemos los ciudadanos vascos para decidir nuestro
futuro. Dicho de otro modo, las armas de ETA callarán cuando todos
los proyectos políticos, incluida la independencia, sean
materializables.
Si la negociación, la lucha armada... son instrumentos, ¿cómo
pueden desarrollarse de ahora en adelante?
Gaueko: La negociación es una fase de lucha que, al mismo tiempo,
es la culminación de otra fase de lucha anterior. Estamos en un
tiempo de confrontación abierta que ha traído consigo, por parte de
los estados, una ofensiva política y represiva. Consideramos
necesario responder como pueblo a esa ofensiva que tiene como
objetivo ahogar a Euskal Herria en ese marco de partición. Al mismo
tiempo, a la lucha armada le corresponde responder de forma eficaz
a esa ofensiva; es decir, demostrar que la vía policial es estéril y
trasladar hasta aquellos dirigentes que tienen responsabilidad
política la necesidad de la resolución del conflicto.
¿Cómo alimentarían un proceso democrático, la posibilidad de un
nuevo proceso de negociación y acuerdo?
Argi: Para que sea democrático, un proceso de ese tipo requiere de la
participación de los estados. Es decir, no está en manos de ETA, ni de
la izquierda abertzale ni de los ciudadanos vascos abrir directamente
un proceso democrático. Si mañana los que aceptamos los derechos
democráticos que le corresponden a Euskal Herria llegáramos a un
acuerdo, no llegaría con ello un proceso democrático. Podríamos
abrir un proceso que respaldara y presionara en esa dirección, pero
no sería un proceso democrático. Para llegar a un proceso
democrático, en primer lugar deberían actualizarse la igualdad de
oportunidades y los derechos civiles y políticos, abriendo así un
escenario democrático en el que no tendrían cabida las expresiones
de violencia y persecución.
Ése sería el punto de partida del proceso democrático. Naturalmente,
antes de sentarse a hablar con los que defenderían los intereses y el
proyecto del Estado para llegar a ese escenario democrático, sería
necesario que las fuerzas que tienen en cuenta los derechos
democráticos de Euskal Herria confluyeran en un acuerdo de
mínimos de cara a conseguir la soberanía.
Ilegalización, encarcelamientos, macrojuicios, la situación en las
prisiones... El Estado español, y también el francés en gran medida,
han incrementado la represión. ¿Qué valoración hacen de esa
ofensiva? ¿Se podría pensar que están cerrando todas las puertas a
una solución?
Gaueko: Los estados están enfrascados en una demostración de
fuerza. La ilegalización está teniendo mayor repercusión política de
lo que algunos creían en la fotografía política de Euskal Herria. En los
denominados macrojuicios, con el argumento de que eran de ETA,
han enviado a prisión a un montón de gente que no tenían ninguna
relación con nuestra organización. Francia ha dado importantes
pasos en los últimos años contra miembros de la izquierda abertzale
de los tres territorios, y también contra Laborantxa Ganbara o
aquellos que están haciendo frente seriamente a la situación
estructural de Euskal Herria.
Las ofensivas del enemigo están guiadas por una estrategia políticomilitar,
cuya finalidad última es el independentismo. Y ése es su
objetivo porque sabe que desde el independentismo pueden
abrírsele nuevas oportunidades a este país. La lógica de los estados es
muy simple: neutralizando al agente principal que puede traer el
cambio político de la soberanía, se impide que pueda producirse ese
cambio de raíz. Por tanto, no es tanto si están cerrando las puertas de
la solución o no, sino que están buscando la mayor debilidad posible
del vértice de las demandas populares y de los derechos de este país
en ese proceso de cambio de marco.
¿Qué valoración hacen de los resultados obtenidos por la izquierda
abertzale en las últimas elecciones?
Argi: Como dijimos en el comunicado del Aberri Eguna, son unos
resultados dignos de elogiar. El enemigo, en su pretensión de dar la
última vuelta en la fase de ilegalización, ha querido expulsar a la
izquierda abertzale del Parlamento de Gasteiz, como con
anterioridad hizo de los ayuntamientos y del Parlamento de Iruñea.
La validez de esos votos ha de compararse también con los objetivos
de la estrategia del enemigo: desde que en 2002 toma la decisión de
dejar fuera de la ley a la izquierda abertzale, ha tenido por objetivo
debilitar y vaciar la izquierda abertzale hasta el extremo pero, pese a
condicionarla, vemos que ha errado en sus cálculos. Ahora también
este pueblo tendrá el coraje suficiente como para hacer frente al
desafío del enemigo. Porque la izquierda abertzale es un sector social
amplio y activo integrado por militantes y miles y miles de
ciudadanos que están construyendo país; totalmente enraizado en la
realidad de los barrios, pueblos, ciudades, centros de trabajo y de
enseñanza. Y eso, frente a esa agresión que supone la expulsión de
las elecciones y los ámbitos institucionales, es un gran respaldo para
la izquierda abertzale en el camino de llevar a este pueblo a la
libertad.
Por lo tanto, con el encarcelamiento de candidatos, las cargas contra
movilizaciones, el boicot y arrinconamiento de esos supuestos
medios de comunicación, los miles de txakurras de todos los colores
a la captura de las papeletas..., recibir 100.000 votos es
impresionante. Y el enemigo lo ha visto mejor que nadie.
¿Qué consecuencias puede acarrear la nueva situación de la CAV?
En el último comunicado, calificaron de “caudillo” a Patxi López.
¿Cómo valoran los resultados electorales?
Gaueko: En primer lugar, esas elecciones nunca han sido fruto de la
libre voluntad del pueblo, y en esta ocasión han sido más
antidemocráticas que nunca. Con anterioridad, ese Parlamento tenía
como objetivo desfigurar y dividir la realidad de Euskal Herria;
ahora, también desfigura totalmente la realidad de esa parte de
Euskal Herria. Decidieron dejar fuera de la institución de Gasteiz a la
que podría haber sido tercera o cuarta fuerza, la independentista. Y
entre los que lo decidieron, a la hora de repartirse el pastel se ha
producido una sorpresa de última hora: primero López “Caudillo de
Vascongadas por la Gracia de Dios” a la Lehendakaritza y,
seguidamente, Ibarretxe a casa. A consecuencia de la ilegalización, el
PP consigue esconder su fracaso y la pérdida de la mitad de los votos,
y PNV y PSOE, al igual que IU, se hacen con escaños que no les
corresponden. Y Aralar, a cuenta de la ilegalización, recibe de manos
de Rubalcaba el papel de catalizador de leyes fascistas.
Si la izquierda abertzale hubiera podido presentarse, los fascistas de
López y Basagoiti no habrían llegado a la Lehendakaritza; el PNV no
se haría con la Lehendakaritza sin el apoyo de la izquierda abertzale;
IU habría desaparecido de ese Parlamento; y los resultados de Aralar
y Eusko Alkartasuna habría que verlos. Por tanto, la fotografía sería
muy diferente, pero no tanto en relación a la Lehendakaritza o al
reparto de escaños, sino en cuanto al debate político mismo. El
cambio se produce en las condiciones necesarias para la verdadera
reforma del marco político que necesita este pueblo. El Estado ha
querido variar esas condiciones, y para eso ha llegado el Gobierno
títere del frente fascista PP-PSOE. El PNV tiene una gran
responsabilidad en esa situación. Ha sido el que abrió la puerta a esa
posibilidad, el que, desde el proceso de 1998, en vez de poner el
potencial de ese Parlamento al servicio del cambio político, abrió la
opción de gobernar con los fascistas. Una vez ha pasado el agua, es
inútil construir el dique. Ahora, ese PNV que, por naturaleza y
práctica, ha nadado en las funciones de poder debe demostrar que
puede ser un pez que sabe vivir fuera de las grandes aguas del poder.
La fotografía, por tanto, es muy preocupante, pero no porque el PNV
haya perdido su poder, sino porque ese poder ha quedado en manos
de la alianza fascista española. Porque después de 30 años, ese
ámbito institucional de gran potencialidad soberanista y de
impresionante presupuesto ha quedado en manos del enemigo sin
que nunca haya sido invertido en el camino de la soberanía. Está por
ver qué es lo que va a cambiar. El PNV y el tripartido han sido
abanderados del TAV, puesto en marcha por Madrid para seguir
dividiendo y destruyendo Euskal Herria. Quien ha convertido a la
Ertzaintza en unos uniformados Guerrilleros de Cristo Rey ha sido el
PNV, ahí es difícil que se pueda ver mayor crueldad. No conformarán
un nuevo modelo educativo que euskaldunice a las nuevas
generaciones, pero el PNV también había dicho que no lo iba a hacer.
El euskara seguirá siendo oficial, pero los euskaldunes veremos
conculcados nuestros derechos un día sí y otro también, por lo que
en eso tampoco variará nada. La política social del tripartito se ha
caracterizado por repartir viviendas como en el bingo, por no
reunirse con los sindicatos en 10 años, por decretar la amnistía fiscal
para los ricos y por los intentos de ocultar su política neoliberal
mediante la propaganda de chiringuitos como Osalan. Pero sí existe
preocupación por el fortalecimiento registrado en la correlación de
fuerzas que pretenden repetir en el Parlamento de Gasteiz un nuevo
ciclo autonómico que comienza en España y termina en España. Eso
acarreará que se profundice en la conculcación de derechos civiles y
políticos, se den pasos para la legitimación de la represión, se registre
una cruzada encubierta contra el euskara, se continúe en la negación
de Euskal Herria y se produzca un nuevo y estéril intento para la
consecución de aquello que el frente español no ha logrado con 30
años de reforma.
Diversos medios de comunicación y dirigentes políticos afirman
que, después de 50 años, existe el riesgo de que ETA se perpetúe. En
esa situación, ¿no podrían perderse las condiciones para el cambio
cimentado en la autodeterminación?
Gaueko: ETA nunca ha tenido esa tendencia a perpetuarse, porque
su voluntad siempre ha sido la de superar cuanto antes el conflicto
político. Así lo hemos demostrado en esos 50 años, con diferentes
iniciativas y propuestas. Nosotros estaríamos dispuestos a poner
punto final mañana mismo a esta dura lucha y exigente militancia si
el enemigo mostrara un mínimo respeto político hacia nuestro
pueblo. Lamentablemente, no es así.
Después de 50 años, el debate político está ganado: apenas nadie
cuestiona en Euskal Herria que los ciudadanos de este territorio
tenemos derecho a decidir nuestro futuro. El enemigo ha perdido
ese debate y, por tanto, intenta distorsionarlo y condicionarlo: que si
el autogobierno, que si la violencia, que si el Estatuto... ¿Para qué?
Para que la necesidad del cambio político que se deriva de ese debate
sea lo más escasa posible. Es decir, para que el debate vuelva a los
términos de “Estatuto-Régimen Foral-autogobierno-Constitución”.
No quiere profundizar más, pero amplias capas sociales favorables a
este país, los que somos abertzales y quienes sin ser abertzales se
sitúan a favor de los derechos democráticos de Euskal Herria,
debemos abrir las puertas del debate de par en par e impedir que se
produzca una reforma parcial.
Argi: ¿Que pueden perderse las condiciones? Nosotros diríamos que
se han torcido en estos 10 años. La involución abertzale del PNV ha
menguado el debate y las posibilidades. Desde el proceso de 1998,
¿qué hemos aprendido quienes queremos que Euskal Herria sea un
estado? Uno, que no podemos andar detrás del PNV, que no
podemos esperar a que el PNV cambie... Y dos, que la opresión
estructural del Estado requiere de respuestas estructurales. Porque
si no, este pueblo tiene los días contados.
Por eso nos parece que, siendo el PNV quien se encarga siempre de
que a este pueblo no se le abran las puertas de par en par cada vez
que se abre un resquicio, se le deben retirar al PNV tanto las llaves
como la responsabilidad de permanecer junto a la puerta. En Euskal
Herria existe una base social y política muy amplia que entiende la
independencia como la única forma de supervivencia de este país.
Algunos son de la izquierda abertzale, otros han votado a PNV o a EA,
otros cuantos no creen ya en esos partidos abertzales... Todos ellos se
encuentran resignados con la situación, porque los que estamos a
favor de este pueblo, aun siendo una mayoría amplia, no logramos
aunar la suficiente fuerza como para desequilibrar la balanza. El
papel que juega el PNV como representante de Euskal Herria debe
ser sustituido por una fuerza articulada y nacional en favor de la
independencia. Ésa será una de las claves para que no vuelvan a
perderse las condiciones. Hoy por hoy, también pasa por ahí la
posibilidad de evitar que el conflicto se perpetúe.
Ibarretxe afirmó en el Aberri Eguna que «por la patria hay que
estar dispuesto a morir, pero no se puede matar a nadie». ¿Qué
opinan de esas palabras?
Gaueko: Ibarretxe tenía la costumbre de hablar a su gente como los
curas en la misa. Le pediríamos que esas palabras las dirigiera a la
Ertzaintza. O a esos empresarios de su «galaxia» que cada año
provocan decenas de muertes mediante la precariedad y las
subcontratas. Esas palabras suponen un menosprecio para todos los
que, en todo el mundo, damos la vida por su pueblo y hacemos
frente al enemigo que pretende destruir nuestro pueblo. ¿De dónde
saca esos sermones moralistas? Desde luego, no de los líderes y jefes
de Estados que han luchado por los derechos del pueblo. Mandela,
Arafat, Gandhi o Allende lo deplorarían. Los gudaris que defendieron
Kalamua, Intxorta o Bilbo y que fueron fusilados a consecuencia del
pacto de Santoña se sentirían avergonzados con un gobernante así.
Sólo el que tiene complejo de ser vasco puede decir tal cosa.
El coche-bomba colocado en la Universidad en Iruñea trajo un gran
revuelo: por la colocación, por la información-desinformación
sobre el aviso... ¿Tienen algo que añadir a lo afirmado en el
comunicado posterior?
Argi: Antes que nada hay que decir que ETA no hizo un atentado en
la Universidad en Iruñea. ETA atacó por quinta vez al Opus Dei que
es enemigo de Euskal Herria. ETA nunca ha golpeado a la
Universidad de Nafarroa o de Iruñea. Sobre esa acción, los
gobernantes y los medios que están a su servicio especularon mucho
intentando dañar a nuestra organización. ETA advirtió de la
colocación del artefacto del mismo modo que otras veces, y los
gobernantes, de modo grave, jugaron con ello queriendo venderla
luego, con mentiras, como una acción indiscriminada. La tesis
mentirosa del Gobierno español tiene poca lógica y puntos negros:
¿Por qué mandaron entonces a la Ertzaintza al campus de Gasteiz si
el aviso era clara, si la llamada se hizo de Etxarri-Aranatz y si ETA
nunca ha atentado contra una universidad? Y si creían que era allí,
¿por qué no evacuaron el campus de Gasteiz? Afirmaron que el
grupo de ETA que hizo la acción avisó mal y de modo inconcreto. Sin
embargo, su consecuencia no fue que se evacuara el campus de la
UPNA o el de la Universidad del Opus al que ha atacado ETA cinco
veces. En su advertencia, ETA aportó las características del coche
cargado con explosivos y para entonces la Policía ya sabía que ese
coche había sido requisado la víspera del modo que ETA lo hace
habitualmente. Cuando tenían todos los elementos para pensar que
la llamada era cierta, decidieron mirar a otro lado.
Gaueko: Ahí tenemos también otros precedentes. En el atentado
contra El Correo el grupo de acción de ETA hizo varios intentos de
avisar pero fueron cortados por la Policía. Y otro tanto ha ocurrido
con otras acciones que llevaban consigo un aviso por su condición,
mediante llamadas a la DYA o al diario que usted dirige. Siguiendo
instrucciones del consejero de Interior o del Ministerio, en esas
llamadas las policías ponen más interés en tratar de localizar a los
militantes de ETA que en poner a salvo a los ciudadanos.
La sospecha de ETA, por tanto, se ubica ahí. Dificultando o
impidiendo nuestros avisos, el Gobierno español busca el objetivo de
que en un atentado ETA mate o hiera a ciudadanos, de modo que
recaiga sobre nuestra organización toda la responsabilidad de esas
graves consecuencias. ETA quiere denunciar severamente esas
intenciones mezquinas y criminales. En una hipotética situación así,
que nosotros en ningún caso buscamos, la responsabilidad completa
sería del Gobierno español. En cualquier caso, ETA pondrá todos los
medios que tiene en su mano para esquivar esas intenciones oscuras
del enemigo y para que no ocurran cosas así.
Con las últimas detenciones producidas en el Estado francés y en el
sur de Euskal Herria, el Gobierno español ha dicho y quiere
mostrar que es posible acabar policialmente con ETA. Rubalcaba ha
asegurado que ETA ya no será una preocupación del Ministerio de
Interior para 2016. ¿Qué tienen que decir al respecto?
Argi: ¡Que así sea! Sería una buena noticia que para 2016 ETA no esté
entre las preocupaciones del Ministerio del Interior. Si así fuera,
querria decir que el Ministerio de Educación tiene la preocupación y
el trabajo de pintar el mapa de Euskal Herria de otro color en los
libros de geografía. Supondría que se ha respondido a la opresión de
Euskal Herria a través de un proceso de resolución político y
democrático...
Pero lo afirmado [por Rubalcaba] no iba por ahí. Acabar
policialmente con ETA ha sido el sueño de todos los ministros de
Interior. Cosas así decía también Acebes, y eso le llevó a perder el
poder. Rubalcaba se ha acostumbrado a dirigirse a la base de la
izquierda abertzale a través de la propaganda y la guerra sicológica.
De este modo, quiere lograr que la caída de todos los militantes que
están huidos en el Estado francés sea rentabilizada como si fuera la
caída de la dirección de ETA, y va engordando la lista de ciudadanos
encarcelados que no tienen ninguna relación con ETA. En ese «todo
vale» destinado a dar imagen de erosión y debilidad de ETA resulta
repugnante ver a qué labores se prestan Vocento, Prisa, Noticias,
EiTB... al servicio del Ministerio del Interior con el objetivo de
desgastar al Movimiento de Liberación Nacional Vasco.
Recientemente se ha afirmado en la prensa que ETA dispone de
misiles y que ha preparado atentados contra altos cargos españoles.
Luego Rubalcaba lo negó afirmando que se trataba de un plan
teórico. ¿Tienen algo que aclarar a este respecto?
Argi: ETA no tiene constumbre de dar informaciones públicas sobre
sus planes de acción. En este caso, no hace falta la palabra de ETA
para desmentir al Ministerio de Interior. Ahí está lo que han
afirmado los peritos y expertos en armas del Ejército francés: Los
misiles para derribar aviones arrebatados a ETA fueron activados en
tres intentos de atentado contra José María Aznar, cuando era
presidente del Estado español. Por desgracia, las acciones no
cumplieron su objetivo.
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