sábado, 1 de noviembre de 2008

LOS CIPAYOS DE LA ERTZAINTZA GOLPEAN Y DETIENEN A JOVENES PATRIOTAS VASCOS

















La Ertzaintza cargó contra cientos y cientos de jóvenes independentistas y su actuación desembocó en fuertes enfrentamientos, barricadas de fuego por todo Hernani, numerosos cuerpos ensangrentados y varios detenidos.

A pesar de la ambigua prohibición que impuso el viernes la Audiencia Nacional española sobre el acto político que estaba previsto celebrar a última hora de ayer en el marco del Independentzia Eguna, cientos y cientos de jóvenes comenzaron a inundar las calles de Hernani a partir del mediodía. Para entonces, la Policía autonómica ya se dejó ver y notar. A primera hora, varias dotaciones se personaron en el parking de Txantxilla, donde una gigantesca carpa se encontraba dispuesta para recibir a miles de independentistas.

A las 13.00, los organizadores del Independentzia Eguna dieron la bienvenida al gentío que se congregó en los Tilos. Y a partir de ahí, el ambiente festivo se apoderó de Hernani. Después, llegó la hora de la comida popular, que rebasó las expectativas al reunir a más de mil personas. El gran acto de los jóvenes independentistas seguía así su curso y sin problemas ni obstáculos de ningún tipo. Así continuó también durante toda la tarde, con la celebración de la final de Euskal Herria de la sokatira contra las constituciones española y francesa que ha caracterizado los Gazte Eguna realizados en todos los pueblos en el periodo estival.

Pero, sobre las 20.15, las cosas dieron un giro de 180 grados en un instante. La Policía autonómica, con siete dotaciones visibles, se apoderó de nuevo del recinto en el que se iba a desarrollar el acto político y los conciertos de música. Donde al mediodía se dieron cita más de mil personas para comer y pasarlo bien había una docena de furgonetas dispuestas a cargar. Y en la comisaría se podían contar más dotaciones de la Ertzaintza.

Sin pancarta alguna, cientos y cientos de jóvenes comenzaron a movilizarse al grito de «Independentzia». Un cuarto de hora después, la Ertzaintza apareció a la carrera, cargando directamente contra la muchedumbre. A las 20.30, Hernani se encontraba en llamas, con enfrentamientos en cada esquina, con jóvenes corriendo de un lado para otro con alguna contusión o, en más de un caso, con la cabeza ensangrentada. La DYA atendió a seis heridos. La Ertzaintza practicó, al menos, cinco detenciones, aunque otras fuentes elevaban la cifra quizás a siete. Una de ellas se produjo tras irrumpir en una sociedad, cuyo cristal rompieron previamente.

Alrededor de las 23.00 la calma había vuelto al pueblo y la fiesta se reanudó. Fue sólo después de que los policías optasen por retirarse del centro.
... y despeja el camino a La Falange en Gasteiz

Apenas medio centenar de miembros de La Falange hicieron acto de presencia ayer en las calles de Gasteiz, por espacio de hora y media. Estuvieron protegidos por la Ertzaintza, que arremetió con dureza contra los vecinos que protestaban por su presencia.

La Ertzaintza ejerció ayer de madre protectora de los cerca de cincuenta fascistas que, banderas españolas y de La Falange en mano, se concentraron en la Plaza de la Diputación de Gasteiz provocando e insultando a los viandantes. La presencia policial fue notable a lo largo de la mañana en las inmediaciones de la plaza, donde los miembros de La Falange hicieron acto de presencia en torno a las 12:45, un cuarto de hora antes de lo previsto. Para entonces ya se habían reunido más de 300 personas en la cercana Plaza de la Virgen Blanca, desde donde par- tieron en dirección al punto de reunión de los fascistas enarlobando ikurriñas y gritando consignas como «Ikurriña bai, espainola ez» y «Alde hemendik, faxistak», pero los agentes de la Policía autonómica los disolvieron rápidamente empleando abundante material represivo.

Contra los vecinos

A partir de ese momento, los ertzinas cerraron el paso en las dos entradas principales a la plaza, donde en total se congregaron más de un centenar de personas que increpaban a los ultras. No obstante, la respuesta a las provocaciones de los falangistas salió de manera espontánea de los propios vecinos que paseaban o tomaban algo en los bares de la plaza, que de pronto se encontraron con la presencia de unos cincuenta individuos que los increpaban e insultaban al grito de «Vascos de mierda», «Euskal presoak, cámara de gas» o «Guarros».

Los policías de Lakua, lejos de recriminarles su actitud, ordenaron a estos viandantes que se disolviesen, tras lo optaron por empujar a algunos fuera de la plaza y obligar a otros a introducirse «dentro del bar». Mientras tanto, los fascistas campaban a sus anchas por el lugar, haciendo incluso fotos a los vecinos.

Durante el acto se sucedieron las cargas en las calles adyacentes, sin reparar en niños ni ancianos. Concluida la concentración, los falangistas fueron escoltados hasta el parking de la calle Ramiro Maeztu, desde donde se fueron en coches particulares, todo ello con Ricardo Sáenz de Ynestrillas a la cabeza.

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